Cuando fui a la universidad a la que yo pensé que iba a ser divertido como el infierno. Fiestas hasta el amanecer y un montón de sexo. Pero al final de la primera mitad, apenas podía ir a una fiesta decente, y los chicos que estudian conmigo son patéticas. Nada de lo que yo esperaba. En la final, la persona que me gustaba era un maestro. Sí, lo sé, un cliché y no es mi primera elección, pero mi obsesión por él era tan grande que tenía que hacer algo extremo para atraer su atención. Me fui a su casa para una lección privada y durante la sesión de estudio, me masturbaba para él. Su reacción no fue lo que yo esperaba. La verdad es que estaba muy enojado, pero no quería rendirse, así que antes de irme le mostré la culata enchufe que tenía en el culo, y es esto lo que ha convencido.